angie
23-10-2005, 23:35
Finalizamos esta serie dedicada a los televisores planos echando una ojeada a la tecnología llamada plasma
Este es el último capítulo, por el momento, dedicado a los televisores de pantalla plana. La semana pasada vimos los televisores de cristal líquido. Esta semana finalizamos con los televisores de plasma y espero que si no he conseguido confundir al lector al menos, esta serie, habrá servido para ayudarlo en su elección de compra. Me gustaría haberlo conseguido.
Así como los televisores de cristal líquido (LCD) se basaban en una fuente de luz que tiene que pasar a través de un panel que define las imágenes mediante la transparencia de puntos con la consiguiente pérdida de luz, en la pantalla de plasma son los propios puntos los que se iluminan consiguiendo imágenes muy vivas y brillantes. Veamos cómo.
Igual que en las pantallas de LCD, las de plasma están constituidas por una matriz de filas y columnas cuyas intersecciones forman los puntos (píxeles) que constituyen la imagen. Recordamos que en el LCD tales puntos se hacían más o menos transparentes en función de la tensión aplicada a las líneas horizontal y vertical. Aclaramos, ya que no lo hice en mi anterior artículo, que cada uno de los puntos está a su vez compuesto de tres puntos más pequeños (rojo, verde y azul) a fin de cconseguir las imágenes en color. En las intersecciones de las pantalla de plasma nos encontramos con transistores que varían su transparencia, con unas cavidades ubicadas entre dos capas muy delgadas de cristal y que contienen gases raros naturales, argón, neón y xenó que se usan para producir la información de color y la luz. Esto sucede cuando se aplica tensión entre las filas y las columnas. El que pasa aquí es muy parecido, de hecho, idéntico pero en pequeño, a lo que ocurre cuando se enciende un luz de neo. Las cavidades están rellenadas de fósforo que se iluminan en el momento en qué el gas se ioniza. El mismo que un tubo fluorescente la superficie del cual se ilumina cuando el gas interior s’ioniza, Podríamos resumir que una pantalla de Plasma está compuesta por miles de muy pequeños tubos fluorescentes (rojos, verdes y azules) que forman la imagen. La razón del nombre “plasma” es debido a que cuando se ioniza el gas los átomos de oxígeno se disipan y crean plasma, emitiendo luz ultravioleta que es la que excita y hace iluminar al fósforo. El problema es que los gases se desvanecen con el tiempo con lo cual las pantallas de plasma tienen un periodo de vida muy largo. El mejor de todo es que por el hecho que los píxeles de fósforo excitado reaccionan simultáneamente, el observador no aprecia pestañeo de ningún tipo. Tampoco hay iluminación posterior ni proyección de ningún tipo con el que la luz va directamente de la pantalla al observador. De aquí su gran brillantez, riqueza de colores y gran ángulo de visión. Las pantallas de plasma las vemos a menudo como una maravilla de la tecnología moderna debido a lñes suyas grandes medidas y su magnífica calidad de imagen. De hecho, aunque no sean comunes, se fabrican fines en tamaños de 80” (2 metros de diagonal). La parte negativa es que son aparatos pesados y de gran consumo, nada que ver con las pantallas LCD, muchísimo más amigas del entorno y, por otra parte, los televisores de plasma necesitan ser instalados por profesionales debido a su frágil naturaleza. Aunque hayamos visto anuncios en qué la pantalla está colgada del techo, no es conveniente intentar esta opción. Incluso, uno de los anunciantes, Philips, dice que sus televisores de plasma están mucho mejor colocados sobre una mesa o enganchados a la pared (por un profesional). Precisamente es muy difícil hacer las cavidades muy pequeños no está previsto que encontramos televisores de plasma inferiores de 32”. En todo caso, no hay grandes previsiones respeto al plasma. A no ser que las nuevas tecnologías hagan un milagro de permitir competir al Plasma con el LCD en términos de longevidad y consumo, la tecnología de plasma está condenada a la extinción puesto que mientras que esta tecnología trae ya tiempo sin experimentar mejoras apreciables, la tecnología de cristal líquido mejora día a día permitiendo televisores más económicos, imágenes de mayor calidad y contraste y pantallas más robustas y más grandes.
Publicado 29 de Julio de 2005
Este es el último capítulo, por el momento, dedicado a los televisores de pantalla plana. La semana pasada vimos los televisores de cristal líquido. Esta semana finalizamos con los televisores de plasma y espero que si no he conseguido confundir al lector al menos, esta serie, habrá servido para ayudarlo en su elección de compra. Me gustaría haberlo conseguido.
Así como los televisores de cristal líquido (LCD) se basaban en una fuente de luz que tiene que pasar a través de un panel que define las imágenes mediante la transparencia de puntos con la consiguiente pérdida de luz, en la pantalla de plasma son los propios puntos los que se iluminan consiguiendo imágenes muy vivas y brillantes. Veamos cómo.
Igual que en las pantallas de LCD, las de plasma están constituidas por una matriz de filas y columnas cuyas intersecciones forman los puntos (píxeles) que constituyen la imagen. Recordamos que en el LCD tales puntos se hacían más o menos transparentes en función de la tensión aplicada a las líneas horizontal y vertical. Aclaramos, ya que no lo hice en mi anterior artículo, que cada uno de los puntos está a su vez compuesto de tres puntos más pequeños (rojo, verde y azul) a fin de cconseguir las imágenes en color. En las intersecciones de las pantalla de plasma nos encontramos con transistores que varían su transparencia, con unas cavidades ubicadas entre dos capas muy delgadas de cristal y que contienen gases raros naturales, argón, neón y xenó que se usan para producir la información de color y la luz. Esto sucede cuando se aplica tensión entre las filas y las columnas. El que pasa aquí es muy parecido, de hecho, idéntico pero en pequeño, a lo que ocurre cuando se enciende un luz de neo. Las cavidades están rellenadas de fósforo que se iluminan en el momento en qué el gas se ioniza. El mismo que un tubo fluorescente la superficie del cual se ilumina cuando el gas interior s’ioniza, Podríamos resumir que una pantalla de Plasma está compuesta por miles de muy pequeños tubos fluorescentes (rojos, verdes y azules) que forman la imagen. La razón del nombre “plasma” es debido a que cuando se ioniza el gas los átomos de oxígeno se disipan y crean plasma, emitiendo luz ultravioleta que es la que excita y hace iluminar al fósforo. El problema es que los gases se desvanecen con el tiempo con lo cual las pantallas de plasma tienen un periodo de vida muy largo. El mejor de todo es que por el hecho que los píxeles de fósforo excitado reaccionan simultáneamente, el observador no aprecia pestañeo de ningún tipo. Tampoco hay iluminación posterior ni proyección de ningún tipo con el que la luz va directamente de la pantalla al observador. De aquí su gran brillantez, riqueza de colores y gran ángulo de visión. Las pantallas de plasma las vemos a menudo como una maravilla de la tecnología moderna debido a lñes suyas grandes medidas y su magnífica calidad de imagen. De hecho, aunque no sean comunes, se fabrican fines en tamaños de 80” (2 metros de diagonal). La parte negativa es que son aparatos pesados y de gran consumo, nada que ver con las pantallas LCD, muchísimo más amigas del entorno y, por otra parte, los televisores de plasma necesitan ser instalados por profesionales debido a su frágil naturaleza. Aunque hayamos visto anuncios en qué la pantalla está colgada del techo, no es conveniente intentar esta opción. Incluso, uno de los anunciantes, Philips, dice que sus televisores de plasma están mucho mejor colocados sobre una mesa o enganchados a la pared (por un profesional). Precisamente es muy difícil hacer las cavidades muy pequeños no está previsto que encontramos televisores de plasma inferiores de 32”. En todo caso, no hay grandes previsiones respeto al plasma. A no ser que las nuevas tecnologías hagan un milagro de permitir competir al Plasma con el LCD en términos de longevidad y consumo, la tecnología de plasma está condenada a la extinción puesto que mientras que esta tecnología trae ya tiempo sin experimentar mejoras apreciables, la tecnología de cristal líquido mejora día a día permitiendo televisores más económicos, imágenes de mayor calidad y contraste y pantallas más robustas y más grandes.
Publicado 29 de Julio de 2005