15-03-2015, 14:03
Bueno, problema resuelto a las 2:30h y a las 11:50h, respectivamente:
Mi error principal fue "quedarme" con el peor tutorial de los que vi. Cuando arranqué para instalar desde cero vi que el pendrive arrancable no iba a funcionar (porque no era arrancable), por lo que decidí continuar con la instalación. Metí la clavija de red y pa'lante. Lo malo de esa instalación es que te vuelve un poco loco y como cometas el error (como así me ocurrió a mi) de decirle al instalador que maneje las contraseñas desde iCloud, pues prepárate, lorito. Cuando arrancó el equipo no me dio la opción de restaurar con TimeMachine antes de concluir. Luego, como no podía acceder a mis contraseñas de iCloud, me decía que nanai al tratar de restaurar mi copia de seguridad. Aunque estoy seguro que clicando en el enlace de la última copia efectuada, hubiese saltado el proceso de restauración, siempre y cuando a iCloud se le hubiera puesto en las narices colaborar un poco.
Con la cabeza fría a pesar de todo, pues sabía que los datos estaban intactos en el disco duro, decido comerme una chuleta para relajar tensiones. Con la cabeza fría, el estómago lleno y el animo aparentemente intacto, me casco varios tutoriales. Decido que hay uno que me mola y que se aproxima bastante a una explicación que le oí al mismísimo Sir Albert Lozann en su cubil (pero con la cual no me quedé al 100%), por lo que procedo a realizar desde cero todas las historias: Formatear el pendrive, partición, comando para ver los archivos ocultos (también sacrifiqué una gallina a Chutullu, aunque las instrucciones decían que debía ser una cabra, pero la gallina era muy grande), fui copiando los archivos que me decía, cuando concluí de nuevo comando para dejar de ver los archivos ocultos, una oración pagana por la victoria del Athetic... ¡Y arranco el MBP!.
Todo bien durante la instalación. Llegados al punto (grabado a fuego) de la copia de seguridad, ¡taca!, darle a restaurar y a la cama, que son las 2:30h e hicieron falta unos gin-tonics para bajar la chuleta (bueno, fueron dos chuletas, vale).
Al día siguiente, me levanto y los datos han sido restaurados. ¡Well done!. Le confirmo a la máquina que yo soy yo con mi supercontraseña de megamasteradministrador y el equipo como un tiro. Impresionante.
Conclusiones cáusticas:
-Cuidado con no elegir bien el tutorial para las cosas, que nos puede ir como el culo. Lo juro, como el culo.
-Nada de hacer instalaciones desde la partición de recuperación, porque no haremos (ni siquiera nos aproximaremos) a lo que queramos, sino como nos deje el asistente. Y no es lo mismo.
-Hay que saber un poco del Terminal, así que me pondré las pilas un poco.
-Apple debería integrar una herramienta para que los users/lusers (vale, debería leer menos el blog de wardog) como Servidor pudieran usar un pendrive para esos menesteres y no depender de aplicaciones de terceros que puedan funcionar o no o tener que andar metiendo comandos y contracomandos. Da un poco de medito, oiga.
-Ante todo mucha calma, y una chuleta. Mejor dos.
-Y un gin-tonic. Mejor dos. O tres. Salvo que sean las 10:00h de un día de "día de labor". Las apariencias, hombre.
Mi error principal fue "quedarme" con el peor tutorial de los que vi. Cuando arranqué para instalar desde cero vi que el pendrive arrancable no iba a funcionar (porque no era arrancable), por lo que decidí continuar con la instalación. Metí la clavija de red y pa'lante. Lo malo de esa instalación es que te vuelve un poco loco y como cometas el error (como así me ocurrió a mi) de decirle al instalador que maneje las contraseñas desde iCloud, pues prepárate, lorito. Cuando arrancó el equipo no me dio la opción de restaurar con TimeMachine antes de concluir. Luego, como no podía acceder a mis contraseñas de iCloud, me decía que nanai al tratar de restaurar mi copia de seguridad. Aunque estoy seguro que clicando en el enlace de la última copia efectuada, hubiese saltado el proceso de restauración, siempre y cuando a iCloud se le hubiera puesto en las narices colaborar un poco.
Con la cabeza fría a pesar de todo, pues sabía que los datos estaban intactos en el disco duro, decido comerme una chuleta para relajar tensiones. Con la cabeza fría, el estómago lleno y el animo aparentemente intacto, me casco varios tutoriales. Decido que hay uno que me mola y que se aproxima bastante a una explicación que le oí al mismísimo Sir Albert Lozann en su cubil (pero con la cual no me quedé al 100%), por lo que procedo a realizar desde cero todas las historias: Formatear el pendrive, partición, comando para ver los archivos ocultos (también sacrifiqué una gallina a Chutullu, aunque las instrucciones decían que debía ser una cabra, pero la gallina era muy grande), fui copiando los archivos que me decía, cuando concluí de nuevo comando para dejar de ver los archivos ocultos, una oración pagana por la victoria del Athetic... ¡Y arranco el MBP!.
Todo bien durante la instalación. Llegados al punto (grabado a fuego) de la copia de seguridad, ¡taca!, darle a restaurar y a la cama, que son las 2:30h e hicieron falta unos gin-tonics para bajar la chuleta (bueno, fueron dos chuletas, vale).
Al día siguiente, me levanto y los datos han sido restaurados. ¡Well done!. Le confirmo a la máquina que yo soy yo con mi supercontraseña de megamasteradministrador y el equipo como un tiro. Impresionante.
Conclusiones cáusticas:
-Cuidado con no elegir bien el tutorial para las cosas, que nos puede ir como el culo. Lo juro, como el culo.
-Nada de hacer instalaciones desde la partición de recuperación, porque no haremos (ni siquiera nos aproximaremos) a lo que queramos, sino como nos deje el asistente. Y no es lo mismo.
-Hay que saber un poco del Terminal, así que me pondré las pilas un poco.
-Apple debería integrar una herramienta para que los users/lusers (vale, debería leer menos el blog de wardog) como Servidor pudieran usar un pendrive para esos menesteres y no depender de aplicaciones de terceros que puedan funcionar o no o tener que andar metiendo comandos y contracomandos. Da un poco de medito, oiga.
-Ante todo mucha calma, y una chuleta. Mejor dos.
-Y un gin-tonic. Mejor dos. O tres. Salvo que sean las 10:00h de un día de "día de labor". Las apariencias, hombre.