El Iphonazo

[aduartes]

Al día siguiente de la presentación del iPad, me preguntaron un par de compañeros qué me parecía el invento.  Lo primero que se me vino a la cabeza fue que veía dos aplicaciones inmediatas:

Por una parte los médicos de un hospital, con un iPad, podrían llevar todos los historiales y accesos a analíticas, radiografías y demás (como hacen ahora mismo desde sus ordenadores de sobremesa, por lo menos en Murcia), actualizando sobre la marcha con los datos recabados durante sus visitas y, por ejemplo, variando la medicación sobre la marcha de modo que se actualizase esa información pertinente en los iPad de los enfermeros.

De otra, nosotros mismos, con el 3G podríamos sustituir varios aparatos en nuestros vehículos, desechar los boletines de denuncia (no sólo los de tráfico, también los de armas, caza y pesca, alcoholes...), unificándolos en una serie de plantillas de iWork transmisibles por 3G o sincronizables a la llegada a la base.  Si llevase cámara serviría hasta para las inspecciones oculares.

Nada de esto sucederá porque, al igual que a Luís, mi capacidad de vaticinio es..., es..., bueno, en realidad no es.