29-07-2007, 15:30
Te conviene aprender un poco de historia, Macboy…
Y, seguramente, no soy el más adecuado para contártela, pero mis 55 vueltas y media al Sol y mi temprana afición a la electrónica y a la programación me dan, posiblemente, cierta ventaja sobre ti, que, por lo que cuentas y como lo cuentas, debes llevar bastantes vueltas menos viajando sobre este planeta.
A mediados de los 70 del siglo pasado aparecieron los primeros microprocesadores monochip. Intel, Zilog, Motorola… Esto abría las puertas a los visionarios que veían posible realizar un ordenador que cupiese en una maleta de mano y que fuese una herramienta personal. Una ayuda inestimable a los que se ganaban la vida con el trabajo de su mente.
Clive Sinclair, por ejemplo, sacó al mercado sus ZX y ZX-Spectrum, a precios muy asequibles. Comodore, era otro de los pioneros, junto con Atari y junto con Apple. Especial mención merece el Unitron, un clon español del Apple ][e, pero mucho más rápido y económico (¿verdad Alberto? ;-) ).
Eran los primeros pasos de los ordenadores personales. Y estos se caracterizaban por utilizar un monitor y un teclado como interfase con el usuario. Adiós a las tarjetas perforadas, a la cinta perforada y a la salida por terminal de impresión. Los procesos dejaron de ser tipo batch para hacerse interactivos. Interactivos en modo texto, ojo. En ese momento esos primeros ordenadores personales trabajaban en modo texto y solo ocasionalmente en modo gráfico, para los juegos y otras hierbas, pero nunca en ambos a la vez.
Los sistemas de almacenamiento “masivo” empezaron por ser cintas de cassette corrientes y molientes que se utilizaban con un reproductor-grabador de mercado. El ordenador personal, eso si, incorporaba el modem que convertia los unos y ceros a frecuencias, para que fuesen digeribles por la cinta. Más adelante Apple incorporó los floppies de cinco pulgadas y cuarto, y, mas tarde aún, los diskettes de SONY de 3,5 pulgadas.
Atari, Comodore y Apple, (con este último al frente, después de una famosa visita al PARC de Xerox, que creo que también hizo, en su dia, Guillermito, pero sin ver ni entender lo que otros si vieron y entendieron…) siguieron progresando y acabaron (a mediados de los 80) haciendo máquinas donde todo se hacia en modo gráfico, incluso la edición de textos, pero sobre todo, la interacción del usuario con su máquina. Se terminaron los crípticos conjuros en modo texto. No hacia falta ser un experto programador para usar la máquina. ¡Aquello parecía magia!
.Y eso, que ahora parece tan normal, fue una revolución que permitió que incluso alguien como Bill Gates, se beneficiara de ello. Pero eso fue más de diez años más tarde…
En el ínterin, IBM que hasta entonces veía los ordenadores personales como simples juguetes, empezó a darse cuenta de que ahí había negocio, y decidió entrar en ese mercado.
Desde mi punto de vista, esa decisión fue una desgracia, que retraso en diez años el progreso de los ordenadores personales.
Cuando Apple, Atari y Comodore, empezaban a crear máquinas con interfase gráfico, IBM, que por entonces no tenia ni idea del asunto de los ordenadores personales, se conformó con realizar una copia potenciada de la generación anterior, liderada por el venerable Apple ][.
El sistema operativo era MS-DOS, basado en conjuros, al estilo de 10 años atrás. Adiós a diez años de progreso. Adiós a la interfase gráfica. Adios a los diskettes de 3,5 pulgadas y regreso a los floppies de cinco y cuarto. Y, lo peor de todo, adios a los microprocesadores de 32 bits, que Apple, Atari y Comodore utilizaban en sus máquinas de última generación, y regreso a unos escuálidos 8 bits. Hola, por otra parte, al inicio de la fortuna de Guillermo.
Si Hegel tuviese razón, en aquello de que la historia acaba imponiendo lo mejor, IBM se hubiese dado un tortazo de primera. Pero no. Hegel metió la pata. El nombre de IBM hizo que no solo fuese un éxito una kk de máquina sin visión de futuro (por ejemplo, pensaron que 640 Kb de memoria era una cantidad tan astronómica que nunca iba a ser superada durante la vida del producto), sino que, mucho peor, Apple, Atari y Comodore vieron como sus máquinas no se vendían porque no eran IBM-PC-Compatibles.
Una historia triste donde las haya. Hasta el punto de que tanto Atari como Comodore tuvieron que plegar velas.
Algún que otro chalao, como yo, o como otros veteranos de estos foros, después de ver un Mac en acción decidía que allí estaba el futuro y llegaba a la conclusión de que comprarse un PC-Compatible, después de haber visto aquello, era, simplemente, tirar el dinero.
La diferencia era abismal. El que tenga ojos para ver que vea, no necesito más argumentos.
Pasaron once años, ¡once!, en un mundo tan dinámico como este, hasta que Guillermito sacó su Windows 95, primera encarnación de Windows con ciertos visos de utilidad.
Quizá ya lo sepas, pero, por si no, te lo cuento yo: las primeras versiones de Excel, de Word, de Photoshop, de PageMaker, de Illustrator, de FreeHand, de LabView, ¡de Microsoft Basic!, y tantas otras que después se han trasladado a Windows, nacieron para el Mac.
En cuanto a W95 y siguientes, si Guillermo hubiera copiado el espíritu del asunto y lo hubiera copiado bien, (incluso si, de paso, hubiese mejorado algo…) te aseguro que en estos momentos yo sería un usuario de Windows. Pero lo hizo mal. Perversamente mal. En el sentido de que la apariencia (las mariconadas del Mac, las llamaban los usuarios de MS-DOS), era más o menos la misma, pero la interfase se complicaba y circunvolucionaba increíblemente, hasta convertirse en algo pesado, tremendamente farragoso y, lo que es peor, poco fiable.
Falla más que una escopeta de feria, pero, claro, quien no conoce otra cosa piensa: “cosas de la informática”. Pues no señor: “Cosas de esa birria de sistema operativo llamado Windows”, que más que un sistema operativo parece un virus, agotando lo recursos de la máquina más potente…
La sensación que siempre me ha dado Windows es la de un travesti. Parece una tía buena (parece un Mac), pero a la que intentas intimar, te llevas el gran chasco.
Así que, bueno, que te vaya bien con tu travesti, allá cada cual con sus gustos.
Pero no te metas con los que llevamos más de veinte años (ni tampoco con los que llevan menos) disfrutando de un sistema operativo de vanguardia en constante evolución, del que Windows no hace más que seguir la estela, y seguirla tarde y mal. Tremenda y farragosamente mal.
Para teminar, un pequeño detalle. Ten en cuenta que, por desgracia para nosotros, los usuarios de Mac también conocemos y utilizamos Windows, hablamos, por tanto, con perfecto conocimiento de causa. No digo que sea tu caso, pero no puede decirse lo mismo de la inmensa mayoría de usuarios de Windows, que, “pobrets”, no conocen otra cosa.
SAMAGA
Y, seguramente, no soy el más adecuado para contártela, pero mis 55 vueltas y media al Sol y mi temprana afición a la electrónica y a la programación me dan, posiblemente, cierta ventaja sobre ti, que, por lo que cuentas y como lo cuentas, debes llevar bastantes vueltas menos viajando sobre este planeta.
A mediados de los 70 del siglo pasado aparecieron los primeros microprocesadores monochip. Intel, Zilog, Motorola… Esto abría las puertas a los visionarios que veían posible realizar un ordenador que cupiese en una maleta de mano y que fuese una herramienta personal. Una ayuda inestimable a los que se ganaban la vida con el trabajo de su mente.
Clive Sinclair, por ejemplo, sacó al mercado sus ZX y ZX-Spectrum, a precios muy asequibles. Comodore, era otro de los pioneros, junto con Atari y junto con Apple. Especial mención merece el Unitron, un clon español del Apple ][e, pero mucho más rápido y económico (¿verdad Alberto? ;-) ).
Eran los primeros pasos de los ordenadores personales. Y estos se caracterizaban por utilizar un monitor y un teclado como interfase con el usuario. Adiós a las tarjetas perforadas, a la cinta perforada y a la salida por terminal de impresión. Los procesos dejaron de ser tipo batch para hacerse interactivos. Interactivos en modo texto, ojo. En ese momento esos primeros ordenadores personales trabajaban en modo texto y solo ocasionalmente en modo gráfico, para los juegos y otras hierbas, pero nunca en ambos a la vez.
Los sistemas de almacenamiento “masivo” empezaron por ser cintas de cassette corrientes y molientes que se utilizaban con un reproductor-grabador de mercado. El ordenador personal, eso si, incorporaba el modem que convertia los unos y ceros a frecuencias, para que fuesen digeribles por la cinta. Más adelante Apple incorporó los floppies de cinco pulgadas y cuarto, y, mas tarde aún, los diskettes de SONY de 3,5 pulgadas.
Atari, Comodore y Apple, (con este último al frente, después de una famosa visita al PARC de Xerox, que creo que también hizo, en su dia, Guillermito, pero sin ver ni entender lo que otros si vieron y entendieron…) siguieron progresando y acabaron (a mediados de los 80) haciendo máquinas donde todo se hacia en modo gráfico, incluso la edición de textos, pero sobre todo, la interacción del usuario con su máquina. Se terminaron los crípticos conjuros en modo texto. No hacia falta ser un experto programador para usar la máquina. ¡Aquello parecía magia!
.Y eso, que ahora parece tan normal, fue una revolución que permitió que incluso alguien como Bill Gates, se beneficiara de ello. Pero eso fue más de diez años más tarde…
En el ínterin, IBM que hasta entonces veía los ordenadores personales como simples juguetes, empezó a darse cuenta de que ahí había negocio, y decidió entrar en ese mercado.
Desde mi punto de vista, esa decisión fue una desgracia, que retraso en diez años el progreso de los ordenadores personales.
Cuando Apple, Atari y Comodore, empezaban a crear máquinas con interfase gráfico, IBM, que por entonces no tenia ni idea del asunto de los ordenadores personales, se conformó con realizar una copia potenciada de la generación anterior, liderada por el venerable Apple ][.
El sistema operativo era MS-DOS, basado en conjuros, al estilo de 10 años atrás. Adiós a diez años de progreso. Adiós a la interfase gráfica. Adios a los diskettes de 3,5 pulgadas y regreso a los floppies de cinco y cuarto. Y, lo peor de todo, adios a los microprocesadores de 32 bits, que Apple, Atari y Comodore utilizaban en sus máquinas de última generación, y regreso a unos escuálidos 8 bits. Hola, por otra parte, al inicio de la fortuna de Guillermo.
Si Hegel tuviese razón, en aquello de que la historia acaba imponiendo lo mejor, IBM se hubiese dado un tortazo de primera. Pero no. Hegel metió la pata. El nombre de IBM hizo que no solo fuese un éxito una kk de máquina sin visión de futuro (por ejemplo, pensaron que 640 Kb de memoria era una cantidad tan astronómica que nunca iba a ser superada durante la vida del producto), sino que, mucho peor, Apple, Atari y Comodore vieron como sus máquinas no se vendían porque no eran IBM-PC-Compatibles.
Una historia triste donde las haya. Hasta el punto de que tanto Atari como Comodore tuvieron que plegar velas.
Algún que otro chalao, como yo, o como otros veteranos de estos foros, después de ver un Mac en acción decidía que allí estaba el futuro y llegaba a la conclusión de que comprarse un PC-Compatible, después de haber visto aquello, era, simplemente, tirar el dinero.
La diferencia era abismal. El que tenga ojos para ver que vea, no necesito más argumentos.
Pasaron once años, ¡once!, en un mundo tan dinámico como este, hasta que Guillermito sacó su Windows 95, primera encarnación de Windows con ciertos visos de utilidad.
Quizá ya lo sepas, pero, por si no, te lo cuento yo: las primeras versiones de Excel, de Word, de Photoshop, de PageMaker, de Illustrator, de FreeHand, de LabView, ¡de Microsoft Basic!, y tantas otras que después se han trasladado a Windows, nacieron para el Mac.
En cuanto a W95 y siguientes, si Guillermo hubiera copiado el espíritu del asunto y lo hubiera copiado bien, (incluso si, de paso, hubiese mejorado algo…) te aseguro que en estos momentos yo sería un usuario de Windows. Pero lo hizo mal. Perversamente mal. En el sentido de que la apariencia (las mariconadas del Mac, las llamaban los usuarios de MS-DOS), era más o menos la misma, pero la interfase se complicaba y circunvolucionaba increíblemente, hasta convertirse en algo pesado, tremendamente farragoso y, lo que es peor, poco fiable.
Falla más que una escopeta de feria, pero, claro, quien no conoce otra cosa piensa: “cosas de la informática”. Pues no señor: “Cosas de esa birria de sistema operativo llamado Windows”, que más que un sistema operativo parece un virus, agotando lo recursos de la máquina más potente…
La sensación que siempre me ha dado Windows es la de un travesti. Parece una tía buena (parece un Mac), pero a la que intentas intimar, te llevas el gran chasco.
Así que, bueno, que te vaya bien con tu travesti, allá cada cual con sus gustos.
Pero no te metas con los que llevamos más de veinte años (ni tampoco con los que llevan menos) disfrutando de un sistema operativo de vanguardia en constante evolución, del que Windows no hace más que seguir la estela, y seguirla tarde y mal. Tremenda y farragosamente mal.
Para teminar, un pequeño detalle. Ten en cuenta que, por desgracia para nosotros, los usuarios de Mac también conocemos y utilizamos Windows, hablamos, por tanto, con perfecto conocimiento de causa. No digo que sea tu caso, pero no puede decirse lo mismo de la inmensa mayoría de usuarios de Windows, que, “pobrets”, no conocen otra cosa.
SAMAGA
Hay en el mar una tierra donde los colores son vivos
y el tiempo transcurre despacio. Se llama Mallorca…
Macniac® since 1986
y el tiempo transcurre despacio. Se llama Mallorca…
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