18-04-2006, 19:53
Hola amigos “maqueros”. Finalmente, respecto del tema, me acuerdo de algo que se dice y se aplica en el ajedrez: “Las piezas valen por lo que hacen”. Esto puede aplicarse también a las cosas con las que trabajamos y a la vida cotidiana. Ejemplo: Si yo con mi iMac de 350 MHz puedo tipear, diseñar, escanear imágenes y retocarlas y finalmente “maquetar” y enviar a filmadora una revista de 40 páginas a todo color en sólo 5 días de trabajo (incluyendo pruebas de corrección, rediseño, etcétera) en vez de en 4 días como podría hacerlo, quiás, en una máquina 4 veces más rápida, ¿qué importancia tiene?
Yo he notado un enorme cambio en la velocidad de maquetado de páginas cuando dejé el PageMaker y pasé a usar QuarkXPress. Entonces tenía a mi cargo el diseño, tipeado y maquetado de un periódico semanal tamaño tabloide, en blanco y negro de 24 páginas, trabajaba en una Mac Plus con 8Mb en RAM y un programita que se lamaba “Multifinder”, lo que me permitía tener abiertos al mismo tiempo el Word, el PageMaker (luego el Quark) y el programa para retocar imágenes llamado “DarkRoom”, que luego suplantado por el Photoshop.
El trabajo citado, maquetando en PageMaker, me llevaba un total de 36 horas, que los hacía de corrido, durmiendo muy poco. Cuando comencé a usar QuarkXPress, fui bajando el tiempo hasta estabilizarme en sólo 20 horas de trabajo. Imagínense, un promedio de 1 página en menos de 1 hora, incluyendo el tipeado de unos 8.000 a 9.000 caracteres por página. El tipeado me llevaba entre 20 y 25 minutos. El resto del trabajo era escaneado, diseño de la página e impresión de prueba.
En síntesis, la eficiencia hay que buscarla con lo que se tiene a mano y no lamentarse por lo que no se tiene.
¿Qué valor tendrá entonces nuestro trabajo si el trabajo se realiza con solo pensarlo? Es verdad que el que crea cobra por su trabajo de crear. Pero para crear no hace falta tener una máquina super veloz. Para crear sólo necesitamos papel y lápiz.
Pero veamos la cosa desde otro ángulo. Cuando las computadoras, principalmente las PC,s aparecieron por doquier, el oficio de diseño gráfico fue bastardeado. Cualquiera con una impresora ink jet, un escaner y una computadora se convirtió en diseñador gráfico sólo porque programas como Word traían (y traen) prediseños de páginas, tarjetas personales, tarjetas de invitación, diplomas, revistas, etcétera, con imágenes ilustrativas y juegos de letras con sombreados, huecas y retorcidas impensadas antes de la era de la informática. Y todo fue peor cuando apareció CorelDraw. Entonces sí que los diseñadores gráficos casi desaparecemos. Sólo porque con todos estos programas, ya no había que crear, sólo había que elegir ilustrasiones prediseñadas y juntarlas en cualquier página, volante, catálogo o lo que fuere, sin importar la estética, obviamente. Lo que se buscaba era el impacto visual que el cliente, atontado por el golpe, aceptaba como muy buen trabajo.
Entonces mis conocimientos de las artes gráficas casi ni sirvieron ya, porque las imprentas comenzaron a darle el trabajo a personas ajenas al oficio, pero que sacaban los trabajos rápido y barato.
Se tardó años para cambiar la mentalidad de la gente, que comenzó a revertirse cuando todos vieron que tenían tarjetas personales con el mismo diseño y mismos dibujos, o volantes publicitarios parecidos para distintos productos, revistas tratando distintos temas pero con el mismo diseño, e incluso logotipos tomando ideas prediseñadas. Poco a poco, digo, comenzó a tener un poco más de valor el trabajo del verdadero diseñador gráfico, el que crea mucho y copia nada.
Y entonces volvemos al principio del tema. Cuando estoy creando, no me interesa la velocidad de la máquina que en todo el trabajo de diseño gráfico sólo tiene importancia cuando se hacen retoques fotográficos a partir de imágenes muy malas. Y todo el trabajo de retoque fotográfico, por lo menos según mi experiencia, es apenas el 20/25 por ciento del total. Y por lo demás, una iMac con una velocidad de 350 MHz, aunque esté pensada para uso doméstico, es fantástica, ya que la respuesta que yo tengo usando Quark, FreeHand o Ilustrator, es instantánea. Más velocidad sólo me va a servir para que antes de hacer el click el programa ya esté ejecutando la orden. Y hasta ese punto no me interesa o, mejor dicho, no lo necesito. Por lo menos no por ahora.
Bueno, amigos. Recuerden: “Las piezas (máquinas en este caso) valen por lo que hacen”. Cuando no puedan hacer lo que ustedes crean, entonces no servirán más. Mientras tanto su valor no está en la velocidad, sino en su capacidad de ejecutar lo que ustedes desean.
Saludos a todos.
Yo he notado un enorme cambio en la velocidad de maquetado de páginas cuando dejé el PageMaker y pasé a usar QuarkXPress. Entonces tenía a mi cargo el diseño, tipeado y maquetado de un periódico semanal tamaño tabloide, en blanco y negro de 24 páginas, trabajaba en una Mac Plus con 8Mb en RAM y un programita que se lamaba “Multifinder”, lo que me permitía tener abiertos al mismo tiempo el Word, el PageMaker (luego el Quark) y el programa para retocar imágenes llamado “DarkRoom”, que luego suplantado por el Photoshop.
El trabajo citado, maquetando en PageMaker, me llevaba un total de 36 horas, que los hacía de corrido, durmiendo muy poco. Cuando comencé a usar QuarkXPress, fui bajando el tiempo hasta estabilizarme en sólo 20 horas de trabajo. Imagínense, un promedio de 1 página en menos de 1 hora, incluyendo el tipeado de unos 8.000 a 9.000 caracteres por página. El tipeado me llevaba entre 20 y 25 minutos. El resto del trabajo era escaneado, diseño de la página e impresión de prueba.
En síntesis, la eficiencia hay que buscarla con lo que se tiene a mano y no lamentarse por lo que no se tiene.
¿Qué valor tendrá entonces nuestro trabajo si el trabajo se realiza con solo pensarlo? Es verdad que el que crea cobra por su trabajo de crear. Pero para crear no hace falta tener una máquina super veloz. Para crear sólo necesitamos papel y lápiz.
Pero veamos la cosa desde otro ángulo. Cuando las computadoras, principalmente las PC,s aparecieron por doquier, el oficio de diseño gráfico fue bastardeado. Cualquiera con una impresora ink jet, un escaner y una computadora se convirtió en diseñador gráfico sólo porque programas como Word traían (y traen) prediseños de páginas, tarjetas personales, tarjetas de invitación, diplomas, revistas, etcétera, con imágenes ilustrativas y juegos de letras con sombreados, huecas y retorcidas impensadas antes de la era de la informática. Y todo fue peor cuando apareció CorelDraw. Entonces sí que los diseñadores gráficos casi desaparecemos. Sólo porque con todos estos programas, ya no había que crear, sólo había que elegir ilustrasiones prediseñadas y juntarlas en cualquier página, volante, catálogo o lo que fuere, sin importar la estética, obviamente. Lo que se buscaba era el impacto visual que el cliente, atontado por el golpe, aceptaba como muy buen trabajo.
Entonces mis conocimientos de las artes gráficas casi ni sirvieron ya, porque las imprentas comenzaron a darle el trabajo a personas ajenas al oficio, pero que sacaban los trabajos rápido y barato.
Se tardó años para cambiar la mentalidad de la gente, que comenzó a revertirse cuando todos vieron que tenían tarjetas personales con el mismo diseño y mismos dibujos, o volantes publicitarios parecidos para distintos productos, revistas tratando distintos temas pero con el mismo diseño, e incluso logotipos tomando ideas prediseñadas. Poco a poco, digo, comenzó a tener un poco más de valor el trabajo del verdadero diseñador gráfico, el que crea mucho y copia nada.
Y entonces volvemos al principio del tema. Cuando estoy creando, no me interesa la velocidad de la máquina que en todo el trabajo de diseño gráfico sólo tiene importancia cuando se hacen retoques fotográficos a partir de imágenes muy malas. Y todo el trabajo de retoque fotográfico, por lo menos según mi experiencia, es apenas el 20/25 por ciento del total. Y por lo demás, una iMac con una velocidad de 350 MHz, aunque esté pensada para uso doméstico, es fantástica, ya que la respuesta que yo tengo usando Quark, FreeHand o Ilustrator, es instantánea. Más velocidad sólo me va a servir para que antes de hacer el click el programa ya esté ejecutando la orden. Y hasta ese punto no me interesa o, mejor dicho, no lo necesito. Por lo menos no por ahora.
Bueno, amigos. Recuerden: “Las piezas (máquinas en este caso) valen por lo que hacen”. Cuando no puedan hacer lo que ustedes crean, entonces no servirán más. Mientras tanto su valor no está en la velocidad, sino en su capacidad de ejecutar lo que ustedes desean.
Saludos a todos.
